Sobreviviente en Jet Set cuenta que le cayó un objeto contundente del techo horas antes pero prefirió quedarse

Remberto Durán, uno de los sobrevivientes del derrumbe de la discoteca Jet Set el pasado 8 de abril, compartió un testimonio desgarrador sobre la tragedia que cobró la vida de 233 personas, incluida su esposa, Indhira Disla. En una entrevista exclusiva con el periodista José Peguero, Durán reveló detalles críticos que, según él, las autoridades han omitido en la investigación.
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Durán narró que llegó al local alrededor de las 10:45 p.m. con su esposa, clientes habituales del lugar. Minutos después, mientras se dirigía al baño, un escombro de concreto de aproximadamente 16 pulgadas cayó sobre su hombro, advirtiendo un peligro inminente. «Le dije a Gregory, el encargado, que si me golpeaba la cabeza, esto sería un velorio», recordó. Pese a su advertencia, la fiesta continuó.
Cerca de la 1:00 a.m., el techo se desplomó. Durán relató cómo una viga golpeó a su esposa en el pecho, matándola al instante, mientras él quedó atrapado bajo escombros durante siete horas. «Escuchaba los gritos de la gente muriendo… Fue una experiencia de terror», dijo. Rescatistas como César Valera lograron sacarlo, pero criticó la falta de equipos adecuados y coordinación durante el operativo.
Fallas en la investigación
Durán denunció que Gregory, figura clave en la operación del club, no ha sido interrogado por el Ministerio Público. «Él manejaba todo: las mesas, el escenario, los clientes… ¿Cómo no lo citan?», cuestionó. También señaló que el dueño, Antonio Espaillat, conocía filtraciones en el techo pero ignoró los riesgos.
Impacto familiar y llamado a la acción
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Indhira Disla, abogada y dirigente política, dejó tres hijos (7, 11 y 13 años) y padres dependientes. Durán, quien enfrenta terapias físicas y emocionales, exigió justicia: «Esto no puede quedar impune. Los afectados debemos unirnos para mantener viva la demanda de verdad».
Respuesta social y pendientes
La tragedia, cubierta internacionalmente, dejó más de 150 niños huérfanos. Durán criticó la falta de apoyo estatal a las víctimas y aplaudió gestos como los RD$5.5 millones del Banco Popular para terapias, pero pidió más acción. «El Estado ha sido indiferente ante tanto dolor», afirmó.
Mientras las investigaciones continúan en secreto, Durán y otros familiares claman por transparencia. «Confío en que la procuradora Jenny Berenice hará justicia, no solo por los muertos, sino por los que quedamos luchando», concluyó.
La discoteca Jet Set, símbolo de lujo y seguridad para muchos, ahora es recordada como un escenario de negligencia y duelo. La sociedad dominicana espera que este caso marque un precedente en la rendición de cuentas.