¿»El whisky mata más que la cocaína», como asegura el presidente de Colombia?

«El whisky mata más que la cocaína», sostiene el presidente de Colombia, Gustavo Petro, al mando del mayor productor mundial del polvo blanco que quiebra cada año récords históricos de narcotráfico. ¿Pero es cierto?
«Los que nos ordenan poner gente presa por hacer cocaína andan borrachos de whisky», insistió el miércoles el mandatario izquierdista frente a los líderes de Latinoamérica en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Tegucigalpa.
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No es la primera vez que el presidente demoniza el licor y minimiza los efectos del narcótico.
La violencia de los cárteles del narcotráfico, que compiten entre ellos por control del territorio y rutas de tráfico hacia el norte, desangra a América Latina.
Petro considera un fracaso las seis décadas de guerra antidrogas con el millonario apoyo de Estados Unidos, clama por un cambio de enfoque y no descarta la legalización.
Frente a sus ministros en una reciente reunión de gabinete televisada para millones de personas y en discursos ante simpatizantes, aseguró que el whisky «mata más» que la cocaína, y dijo que ésta «no es más mala» que el licor.
La opinión del mandatario inspira burlas y debates. Cada año Colombia supera su propio récord de producción de cocaína y bajo el gobierno de Petro los grupos narco crecieron.
La canciller Laura Sarabia pidió en marzo a la ONU retirar a la hoja de coca, principal componente de la cocaína, del listado de sustancias peligrosas.
En septiembre Estados Unidos podría no renovar su certificación como país aliado en la lucha antinarco.
Miembros del círculo cercano de Petro han sugerido que consume alcohol y drogas.
El presidente pidió disculpas en 2022 por acudir ebrio a un evento de campaña.
«Me pregunto con suma preocupación sobre los efectos dañinos de los estupefacientes y el alcohol, tratándose de la persona que lidera la cima del Estado y de algún estrechísimo colaborador suyo», dijo su excanciller Álvaro Leyva este mes en X, sin mencionar al presidente.
Petro respondió que su única «adicción» es el café.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el consumo de drogas psicoactivas como la cocaína aumenta el «riesgo de sufrir» afectaciones en órganos y genera una fuerte adicción. Médicos advierten de los riesgos de infarto de miocardio agudo y accidentes cerebrovasculares, así como de rupturas de aorta, arritmia cardíaca y muerte súbita.
– ¿Cuál causa más muertes? –
El consumo de alcohol en el mundo es mucho mayor que el de la cocaína.
Unas 400 millones de personas padecían en 2019 trastornos relacionados con el consumo de alcohol, de acuerdo con la OMS. En cambio, la ONU estimó que en 2020 habían unos 21,5 millones de consumidores de cocaína en el mundo.
Según la OMS, el uso de la cocaína provocó unas 26.000 muertes en 2019, mientras el de alcohol, 2,6 millones.
El número de decesos por licor «sigue siendo inaceptablemente alto», dijo la OMS, que no desagrega las estadísticas de consumo de whisky.
Más de la mitad de esos decesos se relacionan con enfermedades que ocasiona el licor. También incluye las vinculadas a lesiones por accidentes de tránsito o riñas, y en menor medida a enfermedades contraídas bajo los efectos del alcohol.
El neuropsicofarmacólogo inglés David Nutt, referencia mundial en este tema, sostiene que el alcohol es incluso «más peligroso» que drogas como la heroína.
En 2009 Nutt fue forzado a dimitir como principal asesor del gobierno sobre drogas debido a estas afirmaciones. Sus estudios han sido publicados en revistas científicas como The Lancet.
– ¿Mediciones iguales? –
Nutt y otros expertos como Carl Hart, jefe del departamento de psicología de la Universidad de Columbia, sostienen que existe un estigma sobre el consumo de drogas.
En Colombia, por ejemplo, el tabú sobre las drogas ilícitas cala en la sociedad y las instituciones.
«Las encuestas tienen un margen de error porque existe un estigma frente al tema», comenta a la AFP Julián Quintero, sociólogo y fundador del proyecto independiente sobre consumo Échele Cabeza.
El alcohol es más accesible y aceptado.
«Es una droga legal», de fácil acceso y a bajo precio, por eso «va a tener muchos menos planes de prevención que la cocaína», añade.
Para Quintero la reducción del uso de sustancias a gran escala pasa por un cambio cultural y de enfoque en la salud pública. «¿Qué hace que una persona consuma drogas sabiendo el riesgo que esto puede significar?», cuestiona.
Petro dice que la cocaína es una droga mal vista porque la hacen unos «mafiosos» de Latinoamérica.
«Pareciera que hay una diferencia geográfica, no científica. Lo legal es la droga que se produce en el norte, lo ilegal es lo que se produce en el sur».